UNOS JÓVENES ATREVIDOS CON SUS AVIONES
La historia de MV Agusta se remonta a 1907, cuando el conde Giovanni Agusta, un aristócrata siciliano con una gran pasión por las aeronaves, fundó la empresa aeronáutica Agusta en Palermo.
Poco después se mudó al norte de Italia, a Cascina Costa. Al principio, Agusta se dedicaba al mantenimiento de aviones de otros fabricantes.
Con el estallido de la Primera Guerra Mundial, empezó a producir sus propios modelos para la «Regia Aeronautica», la Aeronáutica Real de Italia.
DEL CIELO AL ASFALTO
Tras la muerte del conde Giovanni en 1927, su viuda, la condesa Giuseppina, y su hijo Domenico lo sucedieron al frente del negocio familiar, ampliándolo y consolidando su posición en la industria.
Después de la guerra, la industria aeronáutica se encontraba en fuerte declive, por lo que Domenico decidió diversificar su actividad a las motos, aunque no abandonó la producción de aeronaves. La demanda de aviones volvió a aumentar con la Segunda Guerra Mundial, pero las motocicletas ya habían entrado para siempre en el ADN de la compañía.
NACE UNA LEYENDA: LA PRIMERA MOTOCICLETA MV AGUSTA
Como consecuencia de la guerra, se prohibió la fabricación de aviones en Italia, por lo que los Agusta se centraron en las motocicletas. Crearon la marca MV «Meccaniche Verghera» en 1945.
La primera moto de marca MV Agusta se lanzó de forma oficial en otoño de ese año.
Pasó a la historia como la «MV 98». En 1947, el legendario piloto Franco Bertoni la condujo en la que sería la primera victoria de MV Agusta en una pista en Carate Brianza, cerca de Milán.
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Bertoni protagonizó la primera de una larga sucesión de victorias de MV Agusta que duró décadas. La compañía experimentaba continuamente con los últimos avances tecnológicos y su actitud pionera se reflejaba en sus motocicletas, cuya seña de identidad siempre ha sido su fuerte carácter innovador.
Las victorias de la marca en las competiciones también impulsaron las ventas de sus modelos de carretera. Por eso, además de su pasión personal por el mundo de las carreras, Domenico tenía muchos motivos para seguir invirtiendo en los mejores vehículos y en los pilotos más habilidosos.
En 1951 contrató a Leslie Graham, un expiloto de la RAF, para llevar la MV 125 de doble eje a su primera victoria el 30 de septiembre de 1951 en Thruxton (Inglaterra). Graham se convirtió en todo un héroe de la pista, aclamado por el público y muy apreciado por su equipo.
UN NUEVO DESPEGUE EN HELICÓPTERO
En 1955, en un movimiento atrevido y audaz, los Agusta decidieron retomar su antigua pasión por las aeronaves y adquirieron la licencia para producir los helicópteros de Bell, dando vida a los helicópteros Agusta, que actualmente son unas de las joyas más importantes de la industria de la defensa de Italia.
MIENTRAS TANTO, EN LA PISTA...
Pero Domenico no había abandonado su pasión por las dos ruedas y en 1956 contrató a otra leyenda de las pistas, Carlo Ubbiali. A pesar de que lo apodaron «el Chino volador» por sus looks particulares, en realidad era italiano.
Ubbiali ganó cinco Campeonatos del Mundo en la categoría de 125 cc y dos en la de 250 cc. También fue campeón de Italia tres veces en la categoría de 125 cc y dos veces en la de 250 cc.
LA ESTRATEGIA GANADORA DE LA INNOVACIÓN
La pasión de los Agusta por la aviación se reflejaba de forma evidente en sus motocicletas, dándoles un alma competitiva, y su dominio en las competiciones mundiales era incuestionable.
Sin embargo, la producción en masa de automóviles produjo una fuerte caída en las ventas de motos de fábrica a finales de los 50 y principios de los 60. Aun así, la respuesta de Agusta fue ofrecer modelos más innovadores que nunca que conquistaran a los verdaderos entusiastas de las motos. La estrategia funcionó gracias también a los continuos éxitos deportivos de MV.
LA CONDUCCIÓN AL ESTILO RANA
Para respaldar esa estrategia, la firma contó en 1961 con otro héroe de las carreras que garantizara el dominio continuo de MV Agusta. Mike Hailwood fue uno de los mejores pilotos de todos los tiempos.
Inventó la posición de conducción al estilo «rana», con las rodillas extendidas hacia afuera. También ganó el Tourist Trophy en 1965 con 4 cilindros y 500 cc, justo antes del ascenso, con los colores de MV Agusta, del campeón más aclamado de la historia del motociclismo, Giacomo Agostini.
MV AGUSTA Y AGOSTINI
1965 fue el principio de la que probablemente resultó ser la unión más celebrada en la historia del motociclismo: Giacomo Agostini y el motor de tres cilindros en línea de MV.
«Ago» ganó 311 carreras en toda su trayectoria profesional. Ganó 13 Campeonatos del Mundo y 18 títulos italianos, y consiguió su última victoria con la marca en 1976 en Núremberg, 5 años después de la muerte del conde Domenico, en el momento de mayor gloria para él y para la empresa.
LA REINA LATENTE
Para suceder a Agostini, Agusta recurrió a Phil Read, conocido como el «Príncipe de la velocidad» por sus apariciones en la pista en un Rolls Royce blanco. Se le consideró el sucesor natural de Agostini.
Ganó seis Campeonatos del Mundo, uno de ellos luciendo los colores de MV Agusta. Su reinado solo duró un año después de la última carrera de Agostini. Corrado, el hermano de Domenico, había quedado a cargo de la empresa. En 1973, vendió una participación de control del negocio familiar a EFIM, un conglomerado de empresas estatal que en 1977 decidió que había llegado el momento de que la parte de la empresa dedicada a las motos se tomara una pausa, después de 37 títulos mundiales y 260 000 motos fabricadas.
UN NUEVO INICIO A ORILLAS DEL LAGO VARESE
En 1992 la latente MV Agusta fue adquirida por Cagiva, empresa propiedad de Claudio Castiglioni y fabricante de las aclamadas motos de competición y enduro, con sede en Schiranna, a orillas del lago Varese.
El movimiento tuvo un éxito inmediato, ya que la enorme popularidad de MV Agusta entre los entusiastas de las motos de carreras se había mantenido intacta. Se diseñaron y fabricaron nuevos modelos, pero lo más importante de todo fue que se mantuvieron el espíritu pionero y la pasión por el diseño y la tecnología de vanguardia de MV Agusta, que eran algunos de los valores más importantes y fundamentales de la marca.
LA LEYENDA CONTINÚA
En 2017, la sociedad luxemburguesa ComSar Invest, dirigida por el empresario ruso Timur Sardarov, se convirtió en accionista de MV Agusta y aumentó gradualmente su capital en la compañía, consiguiendo en un primer momento una participación de control y, más adelante, en 2019, la propiedad total.
Timur Sardarov fue nombrado CEO de MV Agusta Motor S.p.A. Actualmente, gracias a las inyecciones constantes de capital y a importantes inversiones, así como a un equipo directivo renovado, MV Agusta está emprendiendo una nueva trayectoria de crecimiento continuo. También tiene un lugar primordial la digitalización, así como el refuerzo sistemático de la red de concesionarios y del servicio posventa, con el fin de ofrecer la experiencia de conducción más completa, única y emocionante a la siguiente generación de motoristas.